grupo municipal de izquierda unida de utebo

16 jul 2008

UNA IZQUIERDA ALTERNATIVA


El ecologismo, la lucha por la igualdad, el laicismo, la democracia económica, las políticas sociales, la lucha por la paz, la democracia participativa y el republicanismo, deben ser imprescindibles en la política de IU.
JUAN MANUEL Aragüés

Los resultados electorales de IU en las últimas elecciones generales apuntan tres datos de interés: la existencia de un importante número de electores (un millón) que siguen reivindicando un izquierda alternativa, la injusticia del sistema electoral, que desvirtúa el proceso democrático, la profundidad de la crisis que vive la organización y que lleva instalada en la misma, por diferentes motivos, casi desde su origen.
El proyecto de IU, en el que se pretenden conciliar diferentes posiciones ideológicas, diferentes prioridades políticas, para construir una organización de nuevo cuño alejada de los esquemas de un partido tradicional, presenta unas grandes dificultades de concreción. Es importante no perder de vista la dificultad de la empresa para no cargar todo el debe de la crisis en las cuestiones de la gestión de la organización. No cabe ninguna duda de que la organización ha sido mal gestionada (y no me refiero sólo a Llamazares), pero también es cierto que ha debido hacer frente a una coyuntura política internacional inesperada, a una creciente despolitización social y a una beligerancia mediática, suavizada en los últimos tiempos, que ha contribuido sobremanera a su erosión. Ahora bien, de lo que se trata es de, en ese campo de juego tan adverso en el que nos ha tocado jugar, apuntar algunas líneas de trabajo que permitan reconstruir un proyecto necesario para España.
Necesario, y esto nos introduce en la primera cuestión, en la medida en que sólo la presencia de IU puede provocar políticas de izquierda en nuestro país. Estos 30 años de democracia han mostrado que el PSOE carece de voluntad política para desarrollar una política de izquierdas. No es lo mismo, no cabe duda, el PSOE de Zapatero, que, al menos hasta el momento, se ha desenvuelto en unos parámetros éticos aceptables, que el de González, aunque la vieja guardia, especialmente en Aragón, donde controla las instituciones más importantes en alianza con la derecha, siga al acecho. Pero si el PSOE ha realizado determinadas políticas en la pasada legislatura ha sido por la necesidad en que se encontraba del apoyo de IU. Desaparecida la necesidad, es de esperar que el PSOE vuelva a su lecho neoliberal. Esto debería resolver, en cierto modo, el debate constante en IU en torno a la política de alianzas, tema espinoso en la organización. Es evidente que IU no puede aspirar a ser hegemónica en estos momentos y que su única opción es influir en los diferentes niveles de gobierno para propiciar políticas de izquierda. No se trata de renunciar a los contenidos políticos fundamentales de IU, sino de actuar con el suficiente pragmatismo como para influir sin perder nuestro carácter alternativo. Lo podríamos calificar de "realismo utópico" o "utopismo realista", es decir, intervenir en el ahora sin perder la mirada de futuro. No digo que sea fácil, pero es la opción que se debe trabajar, para no diluirnos en el PSOE con una política de subalternidad y para no perder la ocasión de influir en la política cotidiana.
Una segunda cuestión que debe abordar IU es la relación con el discurso nacionalista. Del mismo modo que no somos nacionalistas españoles, pues defendemos un estado federal, no podemos ser nacionalistas en Euskadi, en Cataluña. Es el viejo debate sobre nacionalismo e izquierda. Pero no es un debate abstracto, pues tiene concreciones políticas muy peligrosas. Dar carta de naturaleza de izquierda al nacionalismo hace que en Euskadi se mantenga una posición ambigua, cuando no de apoyo, respecto al abertzalismo, cuando de las prácticas de la que algunos denominan como izquierda abertzale no cabe más que inferir el carácter fascista de la misma. ANV, HB, PCTV, son organizaciones nacionalsocialistas, en el más estricto sentido del término. Da igual que se autodenominen comunistas, como el PCTV, o de izquierdas, es preciso juzgar las prácticas sin dejarse llevar por las siglas. Y desgraciadamente IU-EB pacta en el País Vasco con organizaciones nazis, cuestión incomprensible para muchos de nosotros y para la ciudadanía en general. EB alimenta un discurso nacionalista que, además de tremendamente perjudicial para el resto de IU, resulta incompatible con posiciones de izquierda.
Una tercera cuestión que hay que revisar es la democracia interna. Una organización tan plural como IU debe encontrar mecanismos que den voz a las diferentes sensibilidades y que permitan, al mismo tiempo, pactar una política común para toda la organización. No es válido el chantaje de minorías que amenacen constantemente si no alcanzan cuotas de poder, ni políticas de aparato que laminen las diferencias. IU debe ser un lugar de debate plural y abierto y, al mismo tiempo, de acción política unitaria. La democracia radical debe ser nuestra seña de identidad, pues sin democracia no hay socialismo.
Desde mi punto de vista, no se trata de revisar los contenidos de la propuesta política de IU. El ecologismo, la lucha por la igualdad, el laicismo, la democracia económica, las políticas sociales, la lucha por la paz, la democracia participativa y, por tanto, el republicanismo, deben ser elementos imprescindibles de la acción política de IU. Lo han sido y deberán seguirlo siendo, entre otras cosas por cuanto la escasa influencia de IU ha impedido su desarrollo. Estamos ante un territorio casi virgen. No es ahí donde deben buscarse las insuficiencias de IU, sino en las tres cuestiones mencionadas más arriba.
Como he comenzado diciendo, reconstruir IU es una necesidad para la política española. Y ese millón de votos, que la convierten en la tercera fuerza política del país, aunque escandalosamente con un único diputado, son una exigencia de cara a quienes formamos parte de IU y una base lo suficientemente sólida como para no dudar en el empeño. Y también deben ser una llamada de atención para que aquellos que, cautivados por el voto útil, verán como su voto, por la debilidad de IU, sirve para alimentar la alianza del PSOE con la derecha nacionalista.
Exsecretario general del Partido Comunista de Aragón. Profesor de la Universidad de Zaragoza.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio